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Ayudas técnicas para movilidad y preservación de tejidos para personas de 15 a 64 años

Descripción y epidemiología del problema de salud

El aumento de la expectativa de vida y la decreciente tasa de natalidad han modificado la estructura poblacional del país, llevándola a una transición epidemiológica avanzada, en donde la morbilidad, la discapacidad y la mortalidad, están dadas principalmente por enfermedades crónicas.(1) Más allá de los múltiples mecanismos fisiopatológicos que producen estas enfermedades, pueden tener como resultado algún tipo de deficiencia y/o discapacidad que afecta a las personas en sus dominios, como por ejemplo: movilidad, autocuidado, afecto, relaciones interpersonales, visión, comunicación y vida doméstica, entre otros.

A medida que las personas envejecen y también en el caso de las personas con discapacidad, se va perdiendo independencia y aumenta proporcionalmente la necesidad de utilizar ayudas técnicas. Se prevé que en al año 2050, más de dos mil millones de personas en el mundo requerirán de este tipo de productos(2).
En Chile, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la población mayor de 60 años corresponde a 2.786.689 personas lo que representa el 15,3% de los habitantes del país, proporción que aumentará a un 28% en el 2050. Respecto a la población con discapacidad la realidad no es tan diferente a la situación mundial, según los reportes por el II Estudio Nacional de Discapacidad (ENDISC II, 2015)(3), el 20% de la población de 18 años y más tiene algún grado de discapacidad, de ellos el 12% tiene discapacidad leve a moderada y un 8% discapacidad severa; cifras que evidencian la creciente necesidad de ayudas técnicas requeridas en el país, transformándose en un desafío para el Estado de Chile el promover su disponibilidad.
La provisión de estos elementos por parte del Estado comprende acciones intersectoriales coordinadas y articuladas entre Desarrollo Social, Educación, Salud y otros, así como con organizaciones no gubernamentales, en pos de maximizar el acceso, tanto en cobertura como en calidad.

El ENDISC II señala que el 49% de la población adulta con discapacidad corresponde a personas en un rango de edad de los 18 a 60 años. Respecto a ayudas técnicas de movilidad y preservación de tejidos, sólo un 7% de la población adulta nacional refiere utilizarlas, de ellos el 5% corresponde a personas sin discapacidad y el 2% con discapacidad. Así mismo, en relación al tipo de ayuda técnica de movilidad, el 46% utiliza bastón, el 20% silla de ruedas, el 11% muletas, el 7% andador y sólo un 6% colchón antiescara.

En el marco del modelo de atención diseñado por este Ministerio, se encuentran las acciones de rehabilitación continua de la población, que van desde la fase aguda hasta la de mantenimiento, logrando que las personas alcancen el mejor funcionamiento posible en su ambiente. Esto considera la provisión de ayudas técnicas en salud, respondiendo a la necesidad de facilitar el cuidado, mejorar el bienestar y la calidad de vida de la persona y el grupo familiar, previniendo el daño y favoreciendo la inclusión al mundo educativo y laboral. Los efectos positivos de las ayudas técnicas no son sólo clínicos, sino también socioeconómicos, puesto que se reducen los gastos de los servicios sanitarios y sociales (por ejemplo, los costos de las sucesivas hospitalizaciones, los subsidios y prestaciones sociales) y mejoran la productividad de los trabajadores, lo cual, indirectamente, estimula el crecimiento económico.

La definición de la Global Cooperation on Assistive Technology (GATE), instancia asociada a la OMS, entiende a las ayudas técnicas como cualquier producto externo (dispositivos, equipos, instrumentos o programas informáticos) fabricado especialmente o ampliamente disponibles, cuya principal finalidad es mantener o mejorar la independencia y el funcionamiento de las personas y, por tanto, promover su bienestar. Estos productos se emplean también para prevenir déficits en el funcionamiento y afecciones secundarias(2).

Hoy, como parte del fortalecimiento de las Garantías Explícitas de Salud (GES), se considera relevante la incorporación de la indicación de ayudas técnicas en las patologías priorizadas, entre ellas: Accidente Cerebro Vascular/ Traumatismo Craneoencefálico moderado o grave/ Disrafia Espinal / Enfermedad de Parkinson / Esclerosis Múltiple / Hemorragia Subaracnoidea / Artrosis de rodilla y/o cadera leve o moderada / Politraumatizado en la población entre 15 y 64 años de edad.

A través del decreto modificatorio GES N°22 del 05 de septiembre de 2017 se incorpora como garantía de acceso y oportunidad la entrega de ayudas técnicas de movilidad y preservación de tejidos para los problemas de salud: Accidente Cerebro Vascular, Hemorragia Subaracnoidea secundaria a ruptura de aneurisma, Disrafia Espinal y Enfermedad de Parkinson.