Información a la Comunidad Hepatitis B y C
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La hepatitis B es una enfermedad del hígado que es contagiosa y resulta de la infección por el virus de la hepatitis B. Cuando una persona se infecta, puede desarrollar una infección “aguda,” que puede variar en gravedad de una enfermedad muy leve con pocos o ningún síntoma a una afección grave que requiere hospitalización.
La hepatitis B aguda se refiere a los primeros seis meses después de que alguien ha estado expuesto al virus de la hepatitis B. Algunas personas pueden combatir la infección y eliminar el virus. En otras, la infección permanece y da lugar a una enfermedad “crónica” o de por vida.
La hepatitis B crónica se refiere a la enfermedad que ocurre cuando el virus de la hepatitis B permanece en el cuerpo de la persona. Con el tiempo, la infección puede causar problemas graves de salud.
La hepatitis B generalmente se contagia cuando la sangre, el semen u otros líquidos corporales de una persona infectada por el virus de la hepatitis B entran en el cuerpo de alguien que no está infectado. Esto puede ocurrir a través del contacto sexual con una persona infectada o al compartir agujas, jeringas u otros equipos para inyectar drogas.
La hepatitis B también puede ser transmitida de la madre infectada al bebé durante el nacimiento.
La hepatitis B no se contagia a través de la leche materna, ni al compartir utensilios para comer, abrazarse, besarse, tomarse de las manos, toser o estornudar. A diferencia de algunas formas de hepatitis, la hepatitis B tampoco se contagia por medio de comida o agua contaminadas.
Sí, la hepatitis B se contagia con más frecuencia a través del contacto sexual. El virus de la hepatitis B es entre 50 y 100 veces más infeccioso que el VIH y puede transmitirsea través del intercambio de líquidos corporales, como semen, flujo vaginal y sangre.
No todas las personas que tienen hepatitis B aguda presentan síntomas, en especial los niños pequeños. La mayoría de los adultos tienen síntomas que aparecen en un plazo de tres meses después de la exposición.
Los síntomas pueden durar de algunas semanas a varios meses e incluyen:
■ Cansancio
■ Pérdida de apetito
■ Náuseas
■ Vómitos
■ Dolor abdominal
■ Orina de color oscuro
■ Heces de color gris
■ Dolor en las articulaciones
■ Ictericia
Muchas personas con hepatitis B crónica no tienen síntomas y no saben que están infectadas. Aunque una persona no tenga síntomas, el virus se puede detectar en su sangre.
Los síntomas de la hepatitis B crónica pueden tardar hasta 30 años en aparecer. El daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa durante este tiempo. Cuando los síntomas aparecen, son similares a la infección aguda y pueden ser un signo de enfermedad avanzada del hígado.
Con el tiempo, alrededor del 15% al 25% de las personas con hepatitis B crónica presentan problemas hepáticos graves, incluyendo daños al hígado, cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado.
La hepatitis B puede diagnosticarse mediante análisis de sangre específicos que no son parte de los estudios de sangre que se realizan comúnmente durante los exámenes físicos regulares.
Para la hepatitis B aguda, los médicos por lo general recomiendan descanso, una nutrición adecuada, líquidos y una estrecha supervisión médica.
Es posible que algunas personas necesitan ser hospitalizadas. Aquellos que tienen hepatitis B crónica deben ser evaluados en busca de problemas hepáticos y deben ser monitoreados con regularidad. Aunque una persona no tenga síntomas o no se sienta enferma, aún se pueden presentar daños al hígado.
Existen varios tratamientos nuevos que pueden mejorar significativamente la salud, y muchos retrasan o revierten los efectos de la enfermedad hepática.
Sí. La mejor forma de prevenir la hepatitis B es a través de las vacunas.
En adultos, la vacuna contra la hepatitis B se administra en una serie de tres inyecciones durante un periodo de seis meses.
Es necesario aplicar la serie completa para lograr una protección a largo plazo. Actualmente no se recomiendan dosis de refuerzo.
La hepatitis C es una enfermedad del hígado que es contagiosa y resulta de la infección por el virus de la hepatitis C. Cuando una persona se infecta, puede desarrollar una infección “aguda”, que puede variar en gravedad de una enfermedad muy leve con pocos o ningún síntoma a una afección grave que requiere hospitalización.
La hepatitis C aguda es una enfermedad de corto plazo que ocurre dentro de los primeros seis meses después de que la persona se expone al virus de la hepatitis C.
Por razones que se desconocen, entre el 15% y el 25% de las personas “eliminan” el virus sin tratamiento. Aproximadamente, del 75% al 85% de las personas que se infectan por el virus de la hepatitis C desarrollan una infección “crónica” o de por vida.
La hepatitis C crónica es una enfermedad de largo plazo que ocurre cuando el virus de la hepatitis C permanece en el cuerpo de la persona. Con el tiempo, puede provocar problemas hepáticos graves, incluyendo daños al hígado, cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado.
La hepatitis C generalmente se contagia cuando la sangre de una persona infectada por el virus de la hepatitis C entra en el cuerpo de alguien que no está infectado.
En la actualidad, la mayoría de las personas se infectan con hepatitis C al compartir agujas u otros equipos para inyectarse drogas.
Antes de que se comenzara a extender el uso de pruebas de detección en los bancos de sangre en 1992, la hepatitis C también se contagiaba comúnmente a través de transfusiones de sangre y trasplantes de órganos. Aunque han sido poco comunes, se han dado brotes de hepatitis C a causa de contaminación de la sangre en entornos médicos.
Sí, aunque los científicos no saben con qué frecuencia ocurre esto. Parece ser que tener una enfermedad de transmisión sexual o el VIH, relaciones sexuales con múltiples parejas incrementa el riesgo de que una persona contraiga hepatitis C.
La hepatitis C crónica es una enfermedad grave que puede derivar en problemas de salud a largo plazo, incluyendo daños en el hígado, insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Aproximadamente 12,000 personas mueren cada año de una enfermedad del hígado relacionada con la hepatitis C.
Muchas personas con hepatitis C no tienen síntomas y no saben que están infectadas. Aunque una persona no tenga síntomas, el virus igual puede ser detectado en su sangre.
Si se presentan síntomas con una infección aguda, estos pueden aparecer en un plazo de dos semanas a seis meses después de la exposición. Los síntomas de la hepatitis C crónica pueden tardar hasta 30 años en desarrollarse.
El daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa durante este tiempo. Cuando los síntomas aparecen, con frecuencia son un signo de enfermedad avanzada del hígado.
Los síntomas tanto de la hepatitis C aguda como de la crónica pueden incluir fiebre, cansancio, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orina oscura, heces color gris, dolor en las articulaciones e ictericia.
Los médicos pueden diagnosticar la hepatitis C mediante análisis de sangre específicos que no son parte de los estudios de sangre que se realizan comúnmente durante los exámenes físicos regulares. Por lo general, la persona es sometida primero a una prueba de detección que busca “anticuerpos” contra el virus de la hepatitis C.
Los anticuerpos son sustancias químicas que se liberan en el flujo sanguíneo cuando una persona se infecta. Los anticuerpos permanecen en el flujo sanguíneo incluso si la persona elimina el virus. Si la prueba de detección resulta positiva para anticuerpos contra la hepatitis C, se deben hacer diferentes análisis de sangre para determinar si la infección ha sido eliminada o se ha convertido en una infección crónica.
Las pruebas de hepatitis C se recomiendan para determinados grupos, incluyendo personas que:
■ Actualmente se inyectan drogas
■ Se inyectaron drogas en el pasado, incluso si sólo fue una vez o si ocurrió hace muchos años
■ Están infectadas con el VIH
■ Tienen pruebas hepáticas con resultados anormales o una enfermedad del hígado
■ Recibieron donación de sangre o de órganos antes de 1992
■ Han estado expuestas a sangre en su trabajo a través de un pinchazo de aguja o se han cortado con un objeto afilado
■ Reciben tratamiento de hemodiálisis
Día Mundial Contra Las Hepatitis Virales – 2017Este documento está dirigido a los profesionales responsables de la atención de las personas con infección por virus de hepatitis B (VHB) y virus de hepatitis C (VHC); enfermera/os, matronas/es, tec-nólogos médicos, entre otros, de las unidades de Gastroenterología, Medicina Interna o Infectologia de los Establecimientos de Salud del país. | Descargar | |
Previene la Hepatitis B y otras infecciones de Transmisión sexualEste documento está dirigido a los profesionales responsables de la atención de las personas con infección por virus de hepatitis B (VHB) y virus de hepatitis C (VHC); enfermera/os, matronas/es, tec-nólogos médicos, entre otros, de las unidades de Gastroenterología, Medicina Interna o Infectología de los Establecimientos de Salud del país. | Descargar | |
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Capsula de Prevención de alcohol