logo Ministerio de Salud

Menú Principal
18 de junio de 2019

Desarrollo de Plan de Resistencia Antimicrobiana

La resistencia a los antimicrobianos (AMR) es una de las principales amenazas de la humanidad. Hoy ésta es ampliamente reconocida por la comunidad científica, líderes mundiales y legisladores como uno de los problemas más desafiantes del último siglo, puesto que pone en riesgo la seguridad de los países en el tratamiento de las enfermedades infecciosas.
Datos del Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos de la OMS (GLASS) en el 2017, revela la presencia generalizada de resistencia a antibióticos en infecciones comunes en todos los países participantes, lo que ilustra niveles alarmantes de resistencia antimicrobiana en todo el mundo .

Antecedentes.
El primer antibiótico descubierto fue la penicilina, y éstos se usaron por primera vez para tratar infecciones graves en el año 1940. A partir de esta fecha, estos medicamentos han salvado muchas vidas . Los antibióticos inicialmente tuvieron un desarrollo promisorio, creándose entre 1935 y 1968 catorce nuevas clases para uso humano, lo que generó la falsa esperanza de que todas las infecciones podrían ser tratadas con medicamentos eficaces y disponibles. Sin embargo, su desarrollo se ha estancado, pues sólo cinco nuevas clases de antibióticos se han introducido desde 1968 a la fecha, y por otra parte la resistencia antimicrobiana ha ido en aumento.

En consecuencia, la resistencia antimicrobiana se vislumbra como una amenaza mundial, estimándose que hasta el 50% las infecciones humanas puede ser resistentes a los antibióticos de uso habitual, y que los pacientes que presentan infecciones resistentes, tienen alrededor de 3 veces más mortalidad y riesgo de complicaciones 3.
El Reino Unido estima que a causa de la resistencia mueren cada año 700.000 personas y que para el año 2050, se prevé que esto aumentará a 10 millones de vidas perdidas anualmente, sino se toman medidas eficaces de contención. En esta línea, el banco mundial predice que para el 2050, los impactos de la resistencia a los antimicrobianos podrían reducir el crecimiento económico, y aumentar la cantidad de personas que se sitúan bajo la línea de la pobreza3, lo que favorecería el desarrollo de un círculo vicioso para las enfermedades infecto-contagiosas, por falta en el acceso al agua potable, saneamiento ambiental y control de infecciones comunitarias.

Causas de la Resistencia a los antimicrobianos.
El uso inadecuado de antimicrobianos, es uno de los principales factores que ha llevado a una creciente aparición y propagación de bacterias multiresistentes, siendo éstos menos efectivos en el tratamiento de infecciones en todo el mundo. Se estima que el 50% de los antibióticos prescritos no son necesarios o no son óptimamente indicados. Este problema no sólo ocurre en salud humana, sino que también en salud animal, cuando se utilizan como favorecedores del crecimiento, o como preventivos de enfermedades en animales productores de alimentos 2. En este punto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la clasificación de antimicrobianos para resguardar la prioridad de uso en humanos, estableciendo una clasificación de medicamentos esenciales. Relevante indicar que el 80% de los antibióticos utilizado en salud animal, se consideran de este tipo
De igual manera, la exposición de aguas residuales sin tratamiento, en específico de desechos hospitalarios vertidas a canales de agua y la eliminación de productos de las plantas faenadoras de alimento de origen animal, son otros factores a considerar preponderantes para la salud pública y para el control de la diseminación de la resistencia.

Consecuencia de la Resistencia a los Antimicrobianos.
La AMR conduce a tratamientos médicos prolongados, hospitalizaciones más largas y costosas, aumento de la morbilidad (enfermedades) y pérdida de la productividad. Hacer frente a esta situación requiere exámenes y estudios con mayor costo y uso de medicamentos de mayor espectro o combinaciones de estos; los cuales, si no son bien utilizados, las consecuencias pueden seguir agravando el problema. Se estima sobre 20 mil millones de dólares en EEUU, de exceso en los costos directos por atención médica en pacientes con resistencia a los antimicrobianos (2). Incluso la AMR obstaculiza el manejo de infecciones comunes, procedimientos médicos y cirugías (quimioterapia en el cáncer, los trasplantes, procedimiento de diálisis, la artritis y otras enfermedades).
Por ejemplo, ya han emergido infecciones causadas por Staphylococcus aureus resistente a la cloxacilina (antibiótico de elección para estas infecciones) que habitualmente afectan la piel, o la aparición de infecciones de transmisión sexual como la gonorrea resistente a penicilina (tratamiento exitoso hasta hace algunos años). Datos de Organización Mundial de la Salud indican que cada año, unos 78 millones de personas se infectan con gonorrea en el mundo, de ellos 11 millones pertenecen a la región de las Américas, se advierte que la resistencia a los antibióticos está haciendo que esta infección común de transmisión sexual sea mucho más difícil, y a veces imposible, de tratar por la resistencia a los antibióticos.

La “Superbacteria” como AMR y la Amenaza Mundial
El año 2007, se identificó un paciente de origen sueco hospitalizado en Nueva Delhi (India) con una infección urinaria por una Klebsiella pneumoniae (K. pneumoniae) resistente a múltiples antimicrobianos. Esto generó gran revuelo en la comunidad médica mundial, la llamada “superbacteria” se caracterizaba por presentar una enzima que destruía a una gran cantidad de antibióticos, la cual también fue aislada en otra especie de bacteria, una Escherichia coli (E. coli) identificada en un cultivo de deposiciones del mismo paciente. Posteriormente, se logró comprobar que el gen de esta enzima podía transmitirse entre una bacteria y otra sin necesariamente ser de la misma especie, lo que expuso el riesgo de una pandemia mundial de estas bacterias resistente a prácticamente todos los antibióticos.
Es así como, a partir de este primer caso, nuevas infecciones por bacterias con este mecanismo de resistencia se han identificado en distintas partes del mundo, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y distintos países de Europa, África y América Latina , incluyendo a Chile.

Esta situación es un llamado de atención a todos los países del mundo, es un ejemplo de lo que puede ocurrir si no evitamos contener la emergencia de resistencia y su diseminación, en un mundo globalizado, nos desafía a tomar las medidas adecuadas, para preservar la integridad de la humanidad, mantener los logros alcanzados en salud y calidad de vida. Por esto la OMS ha lanzado un Plan Global Contra la Resistencia y nuestro país, a fines del 2017 se sumó a esta iniciativa con el Plan Nacional Contra la Resistencia.